Tema 3. El Siglo de las Luces El desarrollo del espíritu crítico: la Ilustración. La prosa ilustrada. La novela europea en el siglo XVIII. Los herederos de Cervantes y de la picaresca española en la novela inglesa.

 

  1. EL DESARROLLO DEL ESPÍRITU CRÍTICO:

LA ILUSTRACIÓN. LA ENCICLOPEDIA. LA PROSA ILUSTRADA


El pensamiento ilustrado se extiende desde Francia por toda Europa a lo largo del siglo XVIII. El cambio se hace posible gracias al espíritu crítico con el que se empiezan a cuestionar las creencias establecidas en todos los aspectos del pensamiento. El movimiento ilustrado se basa en la plena confianza en la razón por encima de la fe como medio para alcanzar el progreso. El afán de conocimiento del hombre se separa de sus creencias religiosas; la convicción de que el progreso conduce a la felicidad desemboca en el optimismo humanista. El espíritu ilustrado propicia la fundación de instituciones creadas al servicio del estudio y fomenta el ideal del hombre cultivado capaz de mostrar su agudeza como librepensador.


En política, el absolutismo se ve sustituido por el despotismo ilustrado. El rey mantiene el poder absoluto y el pueblo no tiene ninguna capacidad de decisión, pero los monarcas buscan el crecimiento económico, la mejora de las condiciones de vida de sus súbditos y la extensión de la educación a través de políticas reformistas. Esto es, según el lema que explica esta filosofía política: "todo para el pueblo, pero sin el pueblo".


En el aspecto religioso, hay una mayor tolerancia y surgen nuevas corrientes, como el deísmo. Las relaciones con la Iglesia se complican, pues los Estados buscan un mayor control (regalismo), dando lugar a fuertes conflictos, como la expulsión de los jesuitas en algunos países.


La educación comienza a orientarse hacia las
ciencias experimentales: se desarrollan las Academias y se fundan las sociedades científicas. En Física y Matemáticas hubo decisivos avances gracias a las contribuciones de figuras como Isaac Newton. Adam Smith se convierte en el padre de la Economía moderna al publicar La riqueza de las naciones, obra clave para entender los principios del liberalismo económico.


LA ILUSTRACIÓN


La filosofía ilustrada se caracteriza por una confianza ilimitada en el poder de la razón para resolver los problemas en todas las esferas de la vida. Este movimiento nació en Francia y extendió por toda Europa sus  ideas racionalistas y reformistas. 


Esta nueva corriente filosófica se ve intensamente influida por el racionalismo de Descartes, que afirma que la razón es la base del saber, o por el empirismo, del que se desprende la idea de que el conocimiento ha de pasar necesariamente por la experiencia sensible. Destaca la huella de Immanuel Kant, quien logra sintetizar todas las corrientes de pensamiento y aporta, a la vez, un enfoque totalmente novedoso. 


Las principales figuras de la filosofía ilustrada, pensadores polifacéticos y combativos, no dudaron en recurrir a la literatura para difundir su visión del mundo:


1. Montesquieu (1689-1755) obtuvo un gran éxito con su tratado político Del espíritu de las leyes, donde se defiende la separación de poderes en el Estado. En su novela epistolar Cartas persas traza una dura visión crítica de la sociedad francesa, a través de los ojos de unos viajeros persas que visitan este país.


2. Voltaire (1694-1778) es el prototipo del pensador ilustrado. Aparte de su Diccionario filosófico, escribió innumerables obritas y panfletos sobre todo tipo de temas (Tratado sobre la tolerancia, El filósofo ignorante). Su producción literaria es inmensa, pues fue poeta y dramaturgo. Tienen más vigencia sus relatos alegóricos, que exponen problemas morales con una visión pesimista del hombre. Entre ellos destacan El ingenuo y, sobre todo, Cándido o el optimismo, su obra maestra, novela filosófica en la que la bondad natural del protagonista choca continuamente con la sociedad humana.


3. Denis Diderot (1713-1784), además de dirigir la Enciclopedia, escribió obras de teatro y de teoría teatral, así como varias novelas: La religiosa, Jacques el fatalista y El sobrino de Rameau.


4. Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) es el gran disidente de la Ilustración. Sostiene que la cultura y el progreso son los causantes de los males de la humanidad, ya que considera que el hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que le corrompe. Rousseau exalta el sentimiento por encima de la razón, con lo que anticipa la sensibilidad romántica. Sus ideas políticas, expuestas en El contrato social, influyeron mucho en la Revolución Francesa.

Su producción más propiamente literaria se centra en La nueva Eloísa, larga novela epistolar sobre el conflicto entre amor y deber, que obtuvo un enorme éxito; Emilio y De la educación, libro a medio camino entre la novela y el tratado educativo, de enorme influencia en la futura pedagogía. Y Confesiones, la primera autobiografía espiritual desde San Agustín.


LA ENCICLOPEDIA


La Enciclopedia es una síntesis de los conocimientos de la época y, en especial, de los principales contenidos del pensamiento de la Ilustración. Con el subtítulo de Diccionario razonado de las ciencias, de las artes y de los oficios, se comenzó a escribir en 1745 y se concluyó en 1772, con diecisiete volúmenes de texto y once de láminas. Sus directores, Diderot (que además escribió más de mil artículos) y D'Alembert, la convirtieron en una obra auténticamente original; además colaboraron en ella autores como Voltaire, Montesquieu, Rousseau y Buffon. La Enciclopedia concede gran importancia a las ciencias aplicadas, a la tecnología y a los oficios y, sobre todo, defiende las ideas liberales y del progreso, por lo que fue una obra clave en la lucha contra el absolutismo y el Antiguo Régimen.



EL NEOCLASICISMO


En literatura se impuso el neoclasicismo: los autores ilustrados buscaron un nuevo modelo estético que respondiera a sus aspiraciones de mejora de la sociedad, de aplicación del pensamiento racionalista y de divulgación del conocimiento. Esto explica que triunfaran los principios clásicos, basados en la armonía y el equilibrio, y que se rechazaran los excesos de la imaginación y de la expresión que habían caracterizado a la literatura barroca. Al igual que había sucedido en el Renacimiento, el arte clásico se convirtió en el modelo de los ilustrados.


La literatura neoclásica queda también sujeta a la razón. Se escriben por entonces tratados que establecen las reglas a las que se debe someter toda obra literaria, como la Poética de Luzán (1737). En el siglo XVIII se defendían los siguientes principios o normas en literatura:


  • La obra debía responder a un modelo universal y tenía que ser un reflejo de la realidad, ajustado a los principios de verosimilitud y decoro.

  • Las creaciones debían seguir la preceptiva clásica, sin mezclar lo trágico y lo cómico.

  • La literatura debía tener esencialmente una intención didáctica. La obra literaria había de cumplir el principio clásico de «enseñar deleitando». Sin embargo, el arte dieciochesco produjo también una literatura de inspiración clásica en la que se recreaban los placeres de la vida dentro de un entorno natural poblado por figuras mitológicas.

  • La creación literaria se guía por la razón, por lo que los escritores manifiestan su espíritu crítico ante el mundo que los rodea.


A finales del siglo, algunos escritores rechazan la rigidez de la normativa neoclásica y ensalzan los sentimientos por encima de la razón. Este movimiento se denomina prerromanticismo, ya que anuncia ciertas características románticas.

  1. LA NOVELA EUROPEA DEL SIGLO XVIII. LOS HEREDEROS DE CERVANTES Y DE LA PICARESCA ESPAÑOLA EN LA LITERATURA INGLESA


La novela es, junto con el ensayo, el género de mayor importancia durante el siglo XVIII. Se pueden distinguir dos tendencias fundamentales.

a)
La novela didáctica, relacionada con los planteamientos del pensamiento ilustrado (la literatura se convierte en vehículo de transmisión de ideas)
b)
La novela sentimental, que abre el camino a la novela romántica.

En el siglo XVIII se avanza en las técnicas novelísticas de la descripción de ambientes y el retrato de personajes.


    1. LA NARRATIVA INGLESA: EL NACIMIENTO DE LA NOVELA BURGUESA


Los logros alcanzados en la novela son el reflejo de una sociedad florecinte cuya capital, Londres, era la mayor ciudad del mundo civilizado.

2.1.1. DANIEL DEFOE: "ROBINSON CRUSOE"


La novela moderna en Inglaterra se inicia con la obra de Daniel Defoe (1660-1731). Defoe era un comerciante que recibió formación eclesiástica y que dedicó los últimos años de su vida a la escritura. Su primera novela, "Robinson Crusoe", relata la historia del joven aventurero Robinson que naufraga en una isla desierta, en la cual permanece 27 años hasta que consigue ser rescatado. Durante todo este tiempo tiene adaptarse a las condiciones de vida en la isla, primero en completa soledad, después en compañía del nativo Viernes. Destaca por la narración autobiográfica y por sus detalladas descripciones. 


En "Moll Flanders" Defoe narra la vida de la protagonista desde su nacimiento, en el seno de una familia muy pobre, hasta que con su astucia y esfuerzo consigue ascender en la escala social. También de Daniel Defoe es "Diario del año de la peste", un escalofriante relato novelado en el que se describen con crudeza los horribles acontecimientos que coincidieron con la epidemia que asoló Londres y sus alrededores entre 1664 y 1666.


ROBINSON CRUSOE (PELÍCULA DE LUIS BUÑUEL, 1954):

http://www.youtube.com/watch?v=Y7BuN8eEYM0


"El buque encalló profundamente en las arenas, de manera que solo nos quedaba tratar de salvar la vida de cualquier manera... Once embarcamos en un bote... Una ola gigantesca cayó sobre el bote con tal violencia, que se dio vuelta en un instante... Nadé hacia adelante con todas mis fuerzas... Fui el único que consiguió pisar tierra, empapado, sin ropa para cambiarme y nada que comer y beber; sólo tenía un cuchillo, una pipa y un poco de tabaco en una cajita...Todo lo que se me ocurrió fue treparme a un frondoso árbol, y allí me propuse estarme la noche entera y decidir, a la mañana siguiente, cuál sería mi muerte.


Anduve primero en busca de agua dulce. Después de beber y mascar tabaco trepé a mi árbol, tratando de hallar una posición de la cual no me cayera si el sueño me vencía. Había cortado un sólido garrote para defenderme.


Al otro día no había huellas del temporal. La marea había zafado al barco y lo había traído hacia las rocas...Poco después de mediodía, el mar se puso como un espejo y la marea bajó tanto que pude acercarme a un cuarto de milla del barco (ya entonces sentía renovarse mi desesperación al comprender que si nos hubiésemos quedado a bordo, estaríamos a salvo y en tierra)... Nadé hasta el barco.


Las provisiones de a bordo no habían sufrido absolutamente nada; pude satisfacer mi gran apetito, llenándome además los bolsillos de galleta. Bebí un buen trago de ron para fortalecerme ante la tarea que me esperaba...[...] Se presentaba el problema de elegir lo indispensable y al mismo tiempo preservarlo de los golpes del mar [...].


Mi próxima tarea fue la de reconocer el lugar, en busca de un sitio adecuado para instalarme y almacenar mis efectos con toda seguridad... En la isla había aves; me pregunté si su carne sería o no comestible.


Se me ocurrió que aún podría sacar muchas cosas útiles del barco, y me decidí a hacer otro viaje a bordo... Hallé 2 o 3 cajas de clavos y tornillos, un gran barreno, 1 o 2 docenas de hachuelas, y lo más precioso de todo, una piedra de afilar... Seguí yendo diariamente al barco, aprovechando la marea baja... Lo que más me alegró en aquellos viajes es que después de estar 5 o 6 veces, y cuando ya no esperaba encontrar nada que valiera la pena mover de su sitio, seguía descubriendo cosas que me servían... En la cabina del capitán hallé una caja con 36 libras esterlinas en monedas europeas, brasileñas y algunas piezas de oro y plata. Sonreí a la vista de aquel dinero. "¿Para qué me sirves?", exclamé... Pero luego lo pensé mejor y tomé el dinero.


Mis pensamientos estaban ahora consagrados a encontrar los medios de asegurarme contra los salvajes y las bestias que pudiera haber en la isla... Calculé aquello que necesitaba en forma indispensable: en primer lugar agua dulce y aire saludable; luego abrigo y seguridad; finalmente, que si Dios me enviaba algún barco por las cercanías, no perdiera yo esa oportunidad de salvarme.


En el barco encontré plumas, tinta y papel, e hice lo indecible por economizarlos; mientras duró la tinta pude llevar una crónica muy exacta, pero cuando se terminó me hallé imposibilitado de continuarla, ya que no pude hacer tinta a pesar de todo lo que probé. Esto vino a demostrarme que necesitaba muchas cosas fuera de las que había acumulado. Habiendo conseguido acostumbrar un poco mi espíritu a su actual condición y abandonando la costumbre de mirar al mar por si divisaba algún navío, me apliqué desde entonces a organizar mi vida y a hacerla lo más confortable posible... Fabriqué una mesa y una silla.
"


2.1.2. JONATHAN SIWFT: "LOS VIAJES DE GULLIVER"


Jonathan Swift (1667-1745) nació en Dublín; su compromiso por mejorar la situación de Irlanda lo llevó a intervenir activamente en política a lo largo de toda su vida. En Inglaterra realizó estudios eclesiásticos y se ordenó por la iglesia anglicana.



Comenzó su carrera como escritor dirigiendo un periódico conservador desde el que no dudó en manifestar con crudeza sus ideas políticas y religiosas. En 1729 da a conocer un panfleto que causó una gran impresión entre la sociedad contemporánea, "Una modesta proposición. Para prevenir que los niños pobres de Irlanda sean una carga para sus padres o el país, y para hacerlos útiles al público": en un alarde de ingenio y de humor negro, propone que sirvan de alimento a los más ricos. 


Su primera gran obra es "Cuento de una barrica", en la que hace gala de una capacidad satírica que alcanzará su máxima expresión en "Los viajes de Gulliver". La acción de este libro transcurre, en la pirmera parte, en el país de Liliput, cuyos habitantes son unos seres diminutos. La segunda parte se desarrolla en el país de los gigantes, en el que Gulliver se convierte en el juguete de una niña. La tercera parte transcurre en el país de Laputa, formado por un territorio fijo y una isla volante. Y la cuarta, que encierra una crítica social más amarga, se desarrolla en el país de unos caballos, los houyhnhnms, que tienen una sociedad muy bien organizada.



LOS VIAJES DE GULLIVER (PELÍCULA):

http://www.youtube.com/watch?v=988iuXXMCvs


    "No sería oportuno, por varias razones, molestar al lector con los detalles de nuestras aventuras en aquellas aguas. Baste decirle que en la travesía a las Indias Orientales fuimos arrojados por una violenta tempestad al noroeste de la tierra de Van Diemen. Según observaciones, nos encontrábamos a treinta grados, dos minutos de latitud Sur. De nuestra tripulación murieron doce hombres, a causa del trabajo excesivo y la mala alimentación, y el resto se encontraba en situación deplorable. El 15 de noviembre, que es el principio del verano en aquellas regiones, los marineros columbraron entre la espesa niebla que reinaba una roca a obra de medio cable de distancia del barco; pero el viento era tan fuerte, que no pudimos evitar que nos arrastrase y estrellase contra ella al momento. Seis tripulantes, yo entre ellos, que habíamos lanzado el bote a la mar, maniobramos para apartarnos del barco y de la roca. Remamos, según mi cálculo, unas tres leguas, hasta que nos fue imposible seguir, exhaustos como estábamos ya por el esfuerzo sostenido mientras estuvimos en el barco. Así, que nos entregamos a merced de las olas, y al cabo de una media hora una violenta ráfaga del Norte volcó la barca. Lo que fuera de mis compañeros del bote, como de aquellos que se salvasen en la roca o de los que quedaran en el buque, nada puedo decir; pero supongo que perecerían todos. En cuanto a mí, nadé a la ventura, empujado por viento y marea. A menudo alargaba las piernas hacia abajo, sin encontrar fondo; pero cuando estaba casi agotado y me era imposible luchar más, hice pie. Por entonces la tormenta había amainado mucho.

    El declive era tan pequeño, que anduve cerca de una milla para llegar a la playa, lo que conseguí, según mi cuenta, a eso de las ocho de la noche. Avancé después tierra adentro cerca de media milla, sin descubrir señal alguna de casas ni habitantes; caso de haberlos, yo estaba en tan miserable condición que no podía advertirlo. Me encontraba cansado en extremo, y con esto, más lo caluroso del tiempo y la media pinta de aguardiente que me había bebido al abandonar el barco, sentí que me ganaba el sueño. Me tendí en la hierba, que era muy corta y suave, y dormí más profundamente que recordaba haber dormido en mi vida, y durante unas nueve horas, según pude ver, pues al despertarme amanecía. Intenté levantarme, pero no pude moverme; me había echado de espaldas y me encontraba los brazos y las piernas fuertemente amarrados a ambos lados del terreno, y mi cabello, largo y fuerte, atado del mismo modo. Asimismo, sentía varias delgadas ligaduras que me cruzaban el cuerpo desde debajo de los brazos hasta los muslos. Solo podía mirar hacia arriba; el sol empezaba a calentar y su luz me ofendía los ojos. Oía yo a mi alrededor un ruido confuso; pero la postura en que yacía solamente me dejaba ver el cielo. Al poco tiempo sentí moverse sobre mi pierna izquierda algo vivo, que, avanzando lentamente, me pasó sobre el pecho y me llegó casi hasta la barbilla; forzando la mirada hacia abajo cuanto pude, advertí que se trataba de una criatura humana cuya altura no llegaba a seis pulgadas, con arco y flecha en las manos y carcaj a la espalda. En tanto, sentí que lo menos cuarenta de la misma especie, según mis conjeturas, seguían al primero. Estaba yo en extremo asombrado, y rugí tan fuerte, que todos ellos huyeron hacia atrás con terror; algunos, según me dijeron después, resultaron heridos de las caídas que sufrieron al saltar de mis costados a la arena. No obstante, volvieron pronto, y uno de ellos, que se arriesgó hasta el punto de mirarme de lleno la cara, levantando los brazos y los ojos con extremos de admiración, exclamó con una voz chillona, aunque bien distinta: Hekinah degul. Los demás repitieron las mismas palabras varias veces; pero yo entonces no sabía lo que querían decir. El lector me creerá si le digo que este rato fue para mí de gran molestia. Finalmente, luchando por libertarme, tuve la fortuna de romper los cordeles y arrancar las estaquillas que me sujetaban a tierra el brazo izquierdo -pues llevándomelo sobre la cara descubrí el arbitrio de que se habían valido para atarme-, y al mismo tiempo, con un fuerte tirón que me produjo grandes dolores, aflojé algo las cuerdecillas que me sujetaban los cabellos por el lado izquierdo, de modo que pude volver la cabeza unas dos pulgadas. Pero aquellas criaturas huyeron otra vez antes de que yo pudiera atraparlas.

     Sucedido esto, se produjo un enorme vocerío en tono agudísimo, y cuando hubo cesado, oí que uno gritaba con gran fuerza: Tolpo phonac. Al instante sentí más de cien flechas descargadas contra mi mano izquierda, que me pinchaban como otras tantas agujas; y además hicieron otra descarga al aire, al modo en que en Europa lanzamos por elevación las bombas, de la cual muchas flechas me cayeron sobre el cuerpo -por lo que supongo, aunque yo no las noté- y algunas en la cara, que yo me apresuré a cubrirme con la mano izquierda. Cuando pasó este chaparrón de flechas oí lamentaciones de aflicción y sentimiento; y hacía yo nuevos esfuerzos por desatarme, cuando me largaron otra andanada mayor que la primera, y algunos, armados de lanzas, intentaron pincharme en los costados. Por fortuna, llevaba un chaleco de ante que no pudieron atravesar.

     Juzgué el partido más prudente estarme quieto acostado; y era mi designio permanecer así hasta la noche, cuando, con la mano izquierda ya desatada, podría libertarme fácilmente. En cuanto a los habitantes, tenía razones para creer que yo sería suficiente adversario para el mayor ejército que pudieran arrojar sobre mí, si todos ellos eran del tamaño de los que yo había visto. Pero la suerte dispuso de mí en otro modo. Cuando la gente observó que me estaba quieto, ya no disparó más flechas; pero por el ruido que oía conocí que la multitud había aumentado, y a unas cuatro yardas de mí, hacia mi oreja derecha, oí por más de una hora un golpear como de gentes que trabajasen. Volviendo la cabeza en esta dirección tanto cuanto me lo permitían las estaquillas y los cordeles, vi un tablado que levantaba de la tierra cosa de pie y medio, capaz para sostener a cuatro de los naturales, con dos o tres escaleras de mano para subir; desde allí, uno de ellos, que parecía persona de calidad, pronunció un largo discurso, del que yo no comprendí una sílaba".


2.1.3. SAMUEL RICHARDSON: "PAMELA O LA VIRTUD RECOMPENSADA"


Samuel Richardson puede considerarse como el padre de la novela sentimental. Son notas comunes a sus obras "Pamela o la virtud recompensada" y "Clarissa" la forma epistolar y el tema de la honra. Las tramas folletinescas y lacrimógenas le hicieron alcanzar gran éxito, pero también le convirtieron en objeto de duras críticas. No faltaron tampoco parodias de los folletines de Richardson, como "Joseph Andrews" de  Henry Fielding.


2.1.4. JANE AUSTEN: "ORGULLO Y PREJUICIO"


A medio camino entre los siglos XVIII y XIX se encuentra Jane Austen (1775-1817), autora de "Sentido y sensibilidad", "Orgullo y prejuicio", "Mansfield Park" o "Emma". Destaca magistralmente en el retrato psicológico y en la descripción de un ambiente rural.


PELÍCULA: http://www.peliculasyonkis.com/pelicula/orgullo-y-prejuicio-2005/#online



2.2. LA NARRATIVA FRANCESA: NOVELA ILUSTRADA, SENTIMENTAL Y “LIBERTINA”



2.2.1. ANTOINE PRÉVOST: Es el gran novelista francés del XVIII; entre otros quehaceres de una agitada vida, se dedicó a la actividad periodística y a la traducción (tradujo a Richardson). La más importante de sus obras es "Manon Lescaut": en ella se tratan los desgraciados amores entre el caballero Des Grieux y la cortesana Manon. Aunque la obra tuvo gran éxito y destaca por su lirismo, fue tachada de inmoral y retirada de las librerías.


2.2.2 SAINT PIERRE. La novela por la que se le recuerda es "Pablo y Virginia", en la que se narra la historia de dos jóvenes que han crecido en la isla de Saint Maurice hasta que ella intenta adaptarse a la vida de la civilización, por lo que nos remite al mito del “buen salvaje”. Esta obra es precursora de la novela romántica y sentimental en Francia.


2.2.3. PIERRE CHODERLOS DE LACLOS. Figura importante de la novelística francesa por haber escrito "Las amistades peligrosas", una novela de las llamadas “libertinas” y culminación de la novela epistolar. A través de 155 cartas, narra la conspiración del libertino vizconde de Valmont y su antigua amante, la marquesa de Mertueil, para acabar con la virtud de madame Tourvel y seducir a la joven Cécile. Las cartas sirven para presentar los caracteres de los diferentes personajes y para dar distintas versiones de un mismo hecho.


   "Es después de una noche tormentosa, durante la que no he podido pegar ojo; es después de haber estado preso de la agitación de un ardor que me devora, o en el embrutecimiento de todas las facultades de mi alma, que vengo a buscar a vuestro lado, Madame, una calma que necesito, y de la que, sin embargo, no espero aún disfrutar. En efecto, la situación en la que estoy mientras os escribo, me haze conocer más que nunca el poder irresistible del amor; me cuesta conservar suficiente dominio sobre mí mismo para poner algún orden a mis ideas, y ya preveo que no terminaré esta carta sin ser obligado a interrumpirla. ¡Cómo! ¿No puedo entonces esperar que compartiréis algún día el ansia que yo siento en este momento? Oso creer, sin embargo, que, si lo conocieseis bien, no seríais enteramente insensible (...)


  Jamás tuve tanto placer escribiéndoos; jamás sentí en esta labor una emoción tan dulce y, sin embargo, intensa. Todo parece aumentar mi trance: el aire que respiro está lleno de voluptuosidad; la misma mesa sobre la que os escribo, consagrada por primera vez a este uso, se conviertirá para mí en el altar sagrado del amor; ¡cuán embellecida se verá ahora a mis ojos!, ¡trazaría sobre ella la promesa de amaros siempre! Perdonad, os lo suplico, el desorden de mi mente. Debería quizá abandonarme menos a mis trances que no compartís: debo dejaros un momento para disipar esta embriaguez que aumenta por instantes, y que es más fuerte que yo".



3. INFLUENCIA DE LA NOVELA PICARESCA Y DE "DON QUIJOTE DE LA MANCHA"

EN LA NOVELA EUROPEA DEL SIGLO XVIII


La novela picaresca aporta a los autores europeos del siglo XVIII un modelo narrativo en el que destaca la verosimilitud, la parodia, la narración epistolar, el reflejo crítico de la sociedad y un estilo sencillo. No obstante, encontramos huellas más concretas de su influencia en "Moll Flanders" de Daniel Defoe. El argumento de esta novela se basa en las peripecias de Moll Flanders, que tras varios matrimonios infructuosos, termina dedicándose al robo y la delincuencia, lo que la llevará a prisión. Esta obra cumple las características propias del género picaresco: narración en episodios, evolución del personaje en función de los hechos que le suceden, cambio de clase social de la protagonista, el engaño como principio de actuación, fingimiento narrativo por el cual el autor se hace pasar como editor, etc.


La obra de Cervantes influye en la narrativa europea del siglo XVIII por la individualidad de sus personajes, la parodia de los géneros y el humor irónico. Esto fue posible gracias al enorme éxito que alcanzó el libro, tanto fuera como dentro de España, inmediatamente después de su publicación.


  1. España: Dentro de nuestro país se produjeron algunos intentos fallidos de continuar la novela tras la muerte del ingenioso hidalgo. Por lo que se refiere a la influencia de técnicas narrativas, esta puede rastrearse en el padre Isla, quien se inspiró en la sátira cervantina para escribir "Fray Gerundio Campazas".


  1. Alemania: los hechos y personajes de "Don Silvio de Pedralva" de Wieland no podrían explicarse sin el antecedente de "Don Quijote de la Mancha", ni tampoco se entenderían las parodias de otros autores, como Wezels.


  1. Inglaterra: la herencia cervantina tuvo aquí tanta fuerza que contribuyó a la creación de obras con auténtica calidad literaria. Henry Fielding escribió un "Don Quixote in England" y afirma que "Joseph Andrews" está escrita  "a la manera de Cervantes", mientras que en "Tom Jones" el paralelismo parece claro en la relación entre amo y criado.


En los "Viajes de Gulliver" de Swift o en el "Tristam Shandy" de Sterne se busca la parodia de las formas narrativas de moda en ese momento, como antes había hecho Cervantes con la novela de caballerías. Sterne lleva la influencia de Cervantes más allá, con numerosas referencias a su obra maestra y con el reconocimiento explícito del empleo del humor cervantino.



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